Artículo en EL PERIÓDICO



El viejo 'jukebox' de los marineros
El Periódico
Viernes, 17 de diciembre del 2010
Edwin Winkels

El jukebox escondido al fondo del establecimiento, una Sinfonola 2000, pide una moneda de un duro para ofrecer una canción. Por cinco duros, da siete números de un tirón. Pero ya no suele sonar. Puedes apretar las teclas K y 1, pero Earl & his Hoedowners, del Tejas de los años 50, ya no cantan Up the Creek. ¿Cuántas veces debieron escoger los marineros norteamericanos este nostálgico vinilo en sus visitas al bar? ¿O esta otra: A man alone, de Frank Sinatra, de 1969? Un hombre solo, título que refleja cómo se debían sentir esos marineros, lejos de casa, en una ciudad extraña, al principio amable, luego más hostil, donde sus únicas compañías fueron el alcohol, el tabaco y las prostitutas.

Fue aquí, en el local de los jukebox (hay dos modelos), en el singular bar Kentucky en la parte más baja del Raval, donde Xavier Theros se fijó una noche en las fotos ennegrecidas de fragatas y portaviones detrás de la larga barra. Y al lado, igual de oscuras, las insignias procedentes de gorras y uniformes de los marines: USS Harwood, USS Newport, USS Rushmore. Y billetes de un dólar, aún más sucios, impregnados del humo de muchas noches de juerga. Los tiempos han cambiado, desde 1987ya no desembarcan marineros estadounidenses en el puerto de Barcelona. En lugar de portaviones ahora hay cruceros. Pero el Kentucky de Manolo Pellicer y su hija Eva sigue abierto, aunque solo sea de jueves a sábado.

Y ahí, entre los jukeboxes, las placas de matrícula de EEUU, la maltrecha funda de un disco de Tom Jones (I'm coming home) pegada a una pared no menos gastada y la veteranía y bastones de prohombres del periodismo barcelonés, presenta Theros el libro que ideó al ver las fotos en el Kentucky. La Sisena Flota a Barcelona (La Campana) le ha valido el premio que lleva el nombre de Josep Maria Huertas Claveria, razón por la que le acompañan esos veteranos colegas del periodista fallecido, reunidos en La Lamentable Penya de Casa Leopoldo para recordar viejas batallas, tal vez con algunos de esos marines.

Casualidad, cuenta Theros, que el bar se llamara Kentucky. «Se llamaba La Flor y le cambiaron el nombre poco antes de que, el 9 de enero de 1951, llegara la primera flota norteamericana». Y cuando los marineros pusieron pie en tierra en Barcelona, lo primero que encontraron fue aquel bar con nombre americano en el estrecho Arc del Teatre, o el Tequila en la calle de Escudellers. Nombres históricos, aún existentes, que aparecen junto a otros ya desaparecidos en un libro voluminoso que, de la mano de los marines (hay incluso cartas de ellos a sus chicas en Barcelona) y de mucha gente de la ciudad retrata sobre todo el Barrio Chino durante más de tres décadas.

Alud de anécdotas

De «Extraordinario», le elogia Juan Marsé. «Salen todos los locales del Chino, de La Maña al Jardín. En el libro hay material para una docena de novelas». Hay un alud de anécdotas, y Theros, poeta y antropólogo, se lo pasa bien recordándolas en voz alta, deleitando a los Espinàs, Martí Gómez, Madueño, De Segarra, Wilkinson, Sansuan, Arias y a las Aymerich e Ibáñez porque siempre hay cosas que los más viejos del patio tampoco conocían.

Como que Barcelona fue tan barata para los marines que dejaban que los camareros les cobraran los dólares que les dieran la gana, por lo que un camarero del Jamboree logró jubilarse medio rico tras solo dos años engañándoles.



En el bar Kentucky, a la taula: Isabel Martí, Xavier Theros, Martí Gómez, Joan Marsé i Jaime Arias. Asseguts davant: Joan de Sagarra i Josep Maria Espinàs.


Article en holandès sobre el llibre al blog d'Edwin Winkels:

Sinds 1987 heeft er geen Amerikaans oorlogsschip meer aangelegd in de haven van Barcelona, maar in de 36 jaar daarvóór was de Zesde Vloot een vaste bezoeker van de stad. Het was de roerige, ruige en rijke tijd van de Raval, waar de hoertjes hun handen vol hadden aan de honderden, soms duizenden marinemannen die per keer de stad overspoelden. De eerste kroeg die ze steevast tegenkwamen, in het eerste zijstraatje (Arc de Teatre) onderaan de Rambla, was een bar waar ze zich vanwege de naam direkt thuisvoelden: Kentucky. Een toevalstreffer van de eigenaar, trouwens. Kort voordat de eerste schepen op 9 januari 1951 aanlegden had hij de naam, La Flor, in dit stevig Amerikaans klinkende woord veranderd, zonder te weten dat die Amerikanen, na een akkoord met generaal Franco, de haven mochten gebruiken.

Bar Kentucky bestaat nog steeds. Het is een échte nachttent geworden, één die alleen op donder-, vrij- en zaterdag vanaf 10 uur ‘s avonds opengaat en pas sluit als de laatste gasten zijn verdwenen. Achterin staan twee stokoude jukeboxen, en achter de bar hangen tientallen foto’s die de Amerikaanse mariniers hebben achtergelaten, vooral van hun schepen. Foto’s die zwart zijn geworden door tientallen jaren zware rook. Prachtige relikwieën, net als de bandjes van de matrozenpetten waarop de namen van de verschillende fregatten en vliegdekschepen staan.

Toen dichter en antropoloog Xavier Theros die foto’s zag kwam hij op het idee een boek te maken over het beruchte verblijf van de Amerikaanse mariniers in Barcelona. Vandaag presenteerde hij het resultaat, La sisena flota a Barcelona, met ook prachtige foto’s van toen maar vooral een overvloed aan anecdotes. Zoals deze: Barcelona was voor de Amerikanen niet alleen de goedkoopste stad, maar ook de haven waar zij het meest een geslachtsziekte opliepen. Zó goedkoop vonden zij de stad, dat ze de obers het geld uit hun pet lieten pakken dat zij dachten dat de consumpties hadden gekocht. Een ober van de Jamboree aan de Plaça Reial lukte het zo binnen twee jaar redelijk rijk met pensioen te gaan. Ook de Tequila ( die eveneens nog bestaat) aan de Carrer Escudellers was één van de favoriete kroegen van de Amerikanen. Daar waren de banken iets hoger dan gebruikelijk, omdat de stevige marinejongens groter waren dan de gemiddelde Spanjaard. En er stonden geen stoelen, opdat zij elkaar niet daarmee te lijf konden gaan.

Prachtige naam van een groep trouwens, in de jukebox: Earl & his Hoedowners. Jaren vijftig, uit Texas.

1 comentario:

David Puente dijo...

Hola Xavier,

Vull entrevistar-te pel meu blog:
http://blogs.clubbingspain.com/jesuisdelamartinique

Si us plau passa'm un contacte. Per cert, el llibre, no sé si cal dir-ho, suposo que si, és excel.lent.

El meu mail es puente.david@gmail.com.

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